Hay cosas que pasan solo una vez en la vida... Cuando Mario viene al colegio con su violín , se crea un clima mágico a su alrededor. Escuchar el sonido de las cuerdas del violín no tiene precio.
Los niños y yo disfrutamos plenamente el concierto que nos ofreció Mario. Desde aquí, nuestro eterno agradecimiento por su generosidad.
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